miércoles, 12 de septiembre de 2007

Poderoso el chiquitin, pero no tan chiquitin

en un acto desesperado de doña rosa, de poder secar la ropa de sus treinta y cuatro hijos, y su marido de una sola vez, decidio experimentar con plutonio, aqui estan las consecuencias...

1 comentario:

Anónimo dijo...

No hay fin a las desgracias que la imprudencia del hombre (o del ama de casa) ha iniciado en hiroshima y nagasaki, el plutonio, antes inofensiva pomada para los cayos, es hoy padre de monstruosidades como esta...gracias parpa, por alertarnos